
Hemos hablado en otra entrada del blog del conflicto narrativo, de las complicaciones y reveses a los que debe enfrentarse el protagonista de nuestras historias. Este conflicto narrativo debe ser un conflicto fuerte, acorde con la fortaleza del objetivo de nuestro personaje, como así recalco siempre a mis alumnos en los cursos de escritura que imparto. En este artículo vamos a analizar lo que está en juego. ¿Qué pasa si pierde la apuesta? Si no logra superar los obstáculos.
Hace poco he estado leyendo el libro de James Scott Bell titulado Elementos de la escritura de ficción. Conflicto y suspense. Scott tiene una visión muy particular, e interesante en mi opinión, de este asunto. Para él, en una buena novela, el protagonista se juega la vida. Y no se refiere solo en las historias policiacas, de acción o de aventuras. ¿Qué quiere decir exactamente? Así lo explica Scott Bell:
Lo que tiene que estar en juego en una novela emocionalmente satisfactoria es la muerte. Sí, así es, la muerte. Alguien tiene que estar en peligro de muerte y, casi siempre, ese alguien será el personaje principal. Esto es aplicable a cualquier género, desde la comedia ligera hasta la mayor tragedia. Por qué razón. Porque podemos considerar que hay tres tipos de muerte: física, profesional y psicológica. Uno o más de estos tres tipos de muerte deben estar presentes en tu novela.
Vamos a estudiarlo y analizar a continuación por medio de algunos ejemplos los distintos tipo de muerte que puede sufrir nuestro protagonista.
1-Muerte física
Esto es obvio, ¿no? Si tu personaje principal va a morir de verdad, va a dejar de respirar, será mejor que resulte vencedor en la arena del conflicto. Porque si no lo hace, todo estará perdido. Obviamente, lo que está en juego aquí es lo más valioso que uno puede tener. O gana o muere.
Elige un thriller al azar y casi siempre la muerte física del protagonista estará en juego. Puede que porque el personaje principal se haya encontrado con un secreto que los malos no quieren que se revele, como el idealista estudiante de derecho Mitch McDeere en The Firm, de John Grisham.
Si no has visto la peli, seguramente te sonará la versión cinematográfica titulada La tapadera. Sí, te suena efectivamente porque el prota es Tom Cruise, ya nos vamos entendiendo.
Pero la muerte física no es el único tipo de muerte que crea una ficción convincente.
La muerte física del protagonista está en juego en novelas como Los juegos del hambre o La carretera, como vimos cuando hablamos de las motivaciones de los personajes de novela. Morir físicamente es un riesgo que corre con frecuencia el héroe en la tragedia clásica, y hoy en día en el thriller y las novelas de aventuras.

2-Muerte profesional del protagonista
Cuando la novela gira en torno a la vocación del protagonista, no lograr el éxito significará que su carrera ha terminado, que su vocación es un desperdicio; su entrenamiento, un fraude; su futuro, está en una nube. Hay algo en juego que colocará o eliminará al líder del campo profesional de su vida.
Este es el hilo narrativo que hace que la serie Harry Bosch de Michael Connelly sea tan atractiva. Harry tiene una regla de trabajo que lo obsesiona. Como dice en El último coyote, “Todos cuentan o nadie cuenta, así es. Significa que me rompo el culo para resolver un caso, me da igual que se trate de una prostituta o de la esposa del alcalde. Esa es mi regla». Para Harry, no hay forma de evitar este impulso, por lo que cada caso se convierte en una cuestión de vida o muerte, si no lo resuelve morirá profesionalmente. A veces corre el peligro de que lo saquen a la fuerza o de no poder continuar. Si quieres que esté en juego la muerte profesional de tu protagonista, haz que su trabajo y ese asunto en particular sean muy importantes para él.
Algunos ejemplos. Un abogado con el único cliente que necesita reivindicar (como en El veredicto de Barry Reed, convertido en la exitosa película protagonizada por Paul Newman); el aprendiz cuya carrera policial podría terminar antes de que comience (como en El silencio de los corderos de Thomas Harris); un policía con un caso de última oportunidad que involucra horribles asesinatos (El jardinero nocturno de George Pelecanos).

La muerte profesional aparece con frecuencia ligada a la muerte psicológica. Es lo que sucede en la novela Sostiene Pereira. En realidad, son los principios del protagonista lo que está en juego, pero, en el caso del periodista Pereira, seguirlos implica despedirse de su trabajo en el periódico.
3-Muerte psicológica del personaje
Morir psicológicamente por dentro. Decimos eso cuando nos ocurren ciertos sucesos. Deberíamos pensarlo también del personaje principal. Corre peligro inminente de morir psicológicamente si no gana el conflicto.
Holden Caulfield en The Catcher in the Rye (El guardián entre el centeno). Si no encuentra autenticidad en el mundo, morirá psicológicamente. (¿Lo hace? Al final, no estamos seguros, pero está cerca.) De hecho, si no encuentra esta razón, estamos bastante seguros de que la muerte real, por suicidio, es inevitable. Es crucial entender la muerte psicológica, ya que eleva las emociones de la ficción como ningún otro aspecto.
Esta es la clave de todos los romances, ¿no? Si los dos amantes no se unen, se perderán su alma gemela. Sus vidas sufrirán daños irreparables. Dado que los lectores de la mayoría de los romances saben que van a terminar juntos, es aún más importante crear esta ilusión de muerte psicológica inminente.
Los personajes de la comedia deben pensar que están en una tragedia, generalmente por algo trivial. Pero ese «algo trivial» tiene que importar tanto a los personajes que deben creer que sufrirán una muerte psicológica si no logran su objetivo. Por ejemplo, a Oscar Madison en La extraña pareja le encanta ser un vago despreocupado. Le encanta no limpiar su apartamento, fumar y comer cuando quiere, jugar al póquer a toda hora, etc. Cuando el fanático del orden Félix Unger se muda, la vida que tanto ama Oscar se ve amenazada. En la mente de Oscar, es tan malo que casi quiere matar a Félix. Ser un vago feliz es importante para Oscar. Lo creemos a pesar de que es trivial, y ahí está la comedia.
La muerte psicológica es poderosa en cualquier género literario.
Muerte psicológica de los protagonistas es lo que está en juego en todas las historias de trama romántica, como en la novela El Gran Gatsby. ¿No es una forma de morir separarse para siempre del ser amado?

John Howard Lawson señaló todo esto hace casi ochenta años en su volumen clásico Teoría y técnica de la dramaturgia. En él, dice que el conflicto de una historia que no alcanza esta magnitud de muerte es un conflicto de «voluntades débiles«. Lawson dice: “En la tragedia griega e isabelina, el punto de máxima tensión generalmente se alcanza con la muerte del héroe: es aplastado por las fuerzas que se le oponen o se quita la vida en reconocimiento de su derrota «. Sí, muerte. Física en la tragedia clásica. Pero también profesional y psicológica hoy en día. Lawson también define el carácter del drama como un conflicto «en el que la voluntad consciente, ejercida para el logro de objetivos específicos y comprensibles, es lo suficientemente fuerte como para llevar el conflicto a un punto de crisis».
Esta crisis, yo simplemente agregaría, implica un tipo de muerte.

Nota: Este ejemplo contiene espóilers. En ocasiones, el personaje está en grave peligro, los tres tipos de muerte están en juego: muerte física, profesional y psicológica. Es el caso del personaje de Neil en la película El Club de los poetas muertos (en la fotografía, abajo a la derecha, sentado). Neil quiere ser actor, pero sus deseos se oponen a los de su padre que quiere que estudie Medicina. Está en juego su vocación (muerte profesional). En las clases del profesor John Keating, descubre que siempre ha estado haciendo lo que le ordenaban los otros. Incapaz de enfrentarse a su familia, ante el temor de no poder cumplir sus propios sueños (muerte psicológica), alcanzará el punto de crisis final y de resolución del conflicto cuando se quita la vida (muerte física).
Ejercicio de escritura creativa para tu novela:
Haz estas dos cosas: piensa en lo que está en juego para tu personaje principal en el conflicto principal de la historia. Defínelo ahora mismo. Anótalo. Define ahora qué tipo de muerte puede estar dominando la acción del protagonista. Tienes que elegir un tipo como principal. Puede que otro de los tipos de muerte del protagonista que hemos visto entre en juego durante la historia, pero solo una debe trazar un arco dramático del personaje sobre la línea principal de la historia.
Algunos ejemplos de James Scott Bell de estos tres tipos de muerte que hemos visto.
EJEMPLO: Estás escribiendo un thriller sobre sicarios que persiguen a un antiguo colega que le ha robado dinero al «Gran Hombre». Evidentemente, está en juego la muerte física. Es posible incluir una trama secundaria sobre la vida personal del líder como una cuestión de muerte psicológica. Tal vez haya alguien a quien tenga que perdonar, o que tuvo que perdonarlo, para poder sanarse. Pero el tipo principal de muerte de la historia es física.
EJEMPLO: Estás escribiendo un thriller legal sobre un fiscal con un caso muy publicitado que sus jefes en el ayuntamiento quieren que gane … solo que él se convence de que el acusado es inocente. Si dice algo al respecto, será el final de su carrera. Muerte profesional.
Una trama similar es el argumento de la película La noche cae sobre Manhattan, interpretada con Andy García como ayudante del fiscal. No sería raro que la hubieses visto pues la han puesto muchas veces por la tele. El guion está basado en la novela titulada Tainted Evidence, de Rachel Grant. Trabaja muy bien el tema del dilema moral del protagonista.
O es un abogado defensor que está acostumbrado a resolver casos para facilitar la resolución y los honorarios, y tiene un cliente que es acusado de hurto. ¿Implica esto la muerte profesional? Aún no. Tienes que idear los elementos de la historia que harán que ese caso sea tan importante para que, al menos el abogado, sienta la derrota como una muerte profesional. ¿Cómo puedes hacer eso? Puedes ver de qué forma el cliente significa algo personal para el abogado. Tal vez sea una mujer mayor, la que solía cuidarlo cuando era niño. Él es su única esperanza. No tiene dinero ni familia. El caso empieza a importarle.
También me recuerda a una película. El inocente, intepretada por Matthew McConaughey (he escrito bienel apellido porque he mirado en Google) en el papel de abogado defensor. Me gustó esta película, también trabaja bien el tema del dilema moral del protagonista y del instito profesional. En este caso, también están en juego distintos tipos de muerte para el protagonista.
O el ladrón es un niño que va por el camino equivocado, tal vez un camino en el que estuvo una vez el abogado. Decide intentar ser él quien ayude al niño que procede de un hogar horrible. El chico hace algo peor mientras está en libertad bajo fianza, algo que podría significar un largo encarcelamiento. Ahora el abogado tiene que salvar al niño o se sentirá como si no hubiera cumplido con su deber profesional.
Tal vez se trate de la historia de un abogado de renombre que cree que ha perdido su instinto como abogado litigante. Quizás ese pequeño caso de hurto en tiendas es su camino de regreso para recuperar la confianza y poder manejar casos más importantes nuevamente. Pero si pierde… Bueno, se acabó. Nunca más podrá volver a entrar en la sala de un tribunal. Se trata aquí de aumentar los elementos de la historia para que parezca que un revés resultará terrible para la vida laboral del profesional.
Este último ejemplo que explica Scott Bell me recuerda al de la película Ejecución Inminente, dirigida y protagonizada por Clint Eastwood. No es un mala pelí, así si no tienes planes para una tarde de domingo es una buena opción. El protagonista es un periodista exalcohólico y mujeriego, típico de los personajes que interpreta Clint, que había perdido su «olfato» para la mentira, pero cree estar recuperándolo.
EJEMPLO: Tu historia trata sobre una mujer divorciada de treinta años que se muda a un pequeño pueblo para empezar de nuevo. ¿Qué hace que esto sea esencial para su bienestar psicológico? Quizás su esposo le ha impedido perseguir su sueño de ser artista. En su nueva ciudad, está decidida a hacer lo que más ama. Pero si falla, el sueño también morirá. Tiene fondos limitados. ¿Cómo va a conseguir los medios para vivir y a la vez financiar su arte? ¿Y si su padre vive en este pueblo y ella ha llegado a reconciliarse con él después de años de separación? ¿Y si se está muriendo? Si no consigue algún tipo de objetivo, llevará consigo una herida abierta el resto de su vida. De algún modo, es como morir por dentro.
EJEMPLO: Has escrito una novela cómica salvaje sobre un luchador profesional que decide convertirse en cantante de ópera. ¿Cómo puedes introducir la muerte aquí? En la comedia, suele ser algo trivial que el personaje ha elevado a una importancia enorme. ¿Y si se ha enamorado de una mujer obsesionada con la ópera? Ella piensa que la lucha libre es solo para los neandertales. Para ganarse su amor (muerte psicológica en juego), se apunta a lecciones de ópera.
Realizar este ejercicio al comienzo de la escritura de tu novela te ahorrará una gran cantidad de tiempo y estrés en el futuro. Cuanto más fuerte sea esta base de la muerte del protagonista, mayor será la apuesta de tu historia. Y las correcciones serán más fáciles cuando llegue el momento de la revisión.
Hasta aquí el artículo. ¿Tienes claro ahora si el protagonista de tu historia está en peligro de muerte? Puedes ver las películas que citamos como ejemplos y otras recomendaciones en nuestra página de Amazon Influencer. También puedes echar un vistazo a nuestra oferta de cursos de escritura creativa.
Bibliografía: James Scott Bell. Elements of Fiction Writing. Conflict and Suspense. Writer’s Digest Books. Edición de Kindle.
(Este artículo no es una traducción literal del capítulo del libro de James Scott Bell, sino una traducción libre y propia, añadiendo comentarios y ejemplos, y adaptada en su redacción al español coloquial para el artículo).
Lecturas y películas citadas en este artículo:
- Sostiene Pereira, de Antonio Tabuchi.
- El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald.
- El inocente, de
- Ejecución inminente (película).
- Teoría y técnica de la dramaturgia, de John Howard Lawson.
- El club de los poetas muertos.

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