
Para muchos escritores, las máquinas de escribir antiguas son un objeto de culto, de interés también para algunos coleccionistas. Sin embargo, las ventajas de los ordenadores han hecho que, desde el punto de vista práctico hayan pasado al olvido.
Para los nostálgicos, un ingeniero afincado en Filadelfia, Jack Zylkin, ha encontrado la solución. Su idea trata de recuperar las máquinas de escribir para utilizarlas como teclado conectándolas a una tableta mediante USB, convirtiéndolas así en máquinas de escribir digitales. Pasado y presente de la escritura, belleza y funcionalidad se unen en perfecta armonía en estos objetos. La idea es buena, si no fuera porque su precio ronda los seiscientos o setecientos euros según el modelo, solo accesible para escritores superventas. Aunque si somos manitas y tenemos una máquina antigua en buen estado, podemos adquirir el kit de conversión por poco más de 90 €.
Para los escritores, puede ser también regalo interesante para tu estimado editor.
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