
Habrás oído muchas veces hablar de la importancia que tiene que el lector se identifique con el protagonista. La empatía de los lectores con los personajes es vital a la hora de que estos se enganchen en la lectura.
Lo mismo puede decirse de los espectadores con las películas o series de televisión. Según la Real Academia de la Lengua Española la empatía es “la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro”.
Sin embargo, debemos distinguir entre empatía y simpatía. Podemos empatizar con personajes mentirosos, fuera de la ley, incluso con ladrones y asesinos, sin que por eso tengamos que estar de acuerdo con sus actos, ni por supuesto que nos resulten simpáticos.
Por citar un personaje que constituye un ejemplo muy claro de esta diferencia es el protagonista de la serie televisiva Dr. House. El personaje principal protagonizado por el actor Hugh Laurie es un médico de carácter arisco, inteligente y con un sentido del humor bastante sarcástico. Además emplea métodos poco ortodoxos con sus pacientes, causando, en numerosas ocasiones, la ira de los familiares del enfermo. Pero el Dr. House a la vez es un personaje sensible y solitario, y posee sus propias debilidades, el uso de un bastón o su adicción a Vicodin (hidrocodona) para calmar su dolor en la pierna. En el fondo, House se siente un incomprendido y su comportamiento antisocial es más bien consecuencia de una máscara de amargura con la que se cubre como mecanismo de defensa. Por eso los espectadores, pese a sus modales antipáticos, empatizan con él.
Ser empático con alguien quiere decir que lo comprendemos, podemos captar sus emociones, no tratamos de juzgarlo, sino de darnos cuenta cómo se siente y entender así su comportamiento, aunque no compartamos su forma de actuar.
Simpatía es, según la definición de la RAE es la inclinación afectiva entre personas, generalmente espontánea y mutua, y también el modo de ser y carácter de una persona que la hacen atractiva o agradable a las demás. Es decir la simpatía es un aspecto positivo del carácter de una persona, aunque es un rasgo muy subjetivo, ya que para unas personas alguien puede resultar simpático y para otras no. En el caso de House, difícilmente podríamos calificarlo como simpático, pero sí podemos empatizar con él.
Como has visto, empatía y simpatía son cosas distintas, debes tenerlo en cuenta a la hora de caracterizar a tus personajes.
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