Si has leído alguna vez algún libro de teoría literaria, es posible que tengas ya una idea de lo que es el “lector ideal”. Sí, porque toda historia debe tener un lector. A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de lector ideal.
El lector ideal: a quién va dirigido tu libro
El lector ideal es lo que en el mundo editorial se conoce también como público objetivo. Es el tipo de lector al que va dirigido tu libro. No, un libro no tiene por qué gustar a todo el mundo, de hecho está bien que sea así.
Al hablar de público objetivo tratamos de acotar y definir qué tipo de personas pueden estar interesadas en tu historia. Esos lectores normalmente tienen una serie de características comunes que definen tu lector ideal. Con “ideal” no queremos decir que sea perfecto, sino que es un lector que solo existe en la mente del escritor. Otra cosa es el lector real, el que comprará finalmente nuestro libro.
Enrique Anderson Umbert, en su ensayo Teoría del cuento y la novela, nos habla acerca de ese lector ideal:
Un Hombre (o mujer) escribe un cuento para que alguien lo lea. A primera vista parece un simple circuito: un creador, el cuento creado, un lector que recrea.
Pero si se mira bien se nota que ese proceso es más complicado. El Hombre, a ciertas horas del día, siente el llamado de la vocación literaria y adquiere una segunda naturaleza. Ahora el Hombre se ha convertido en Escritor. Este delega la responsabilidad de narrar en un Narrador ficticio. Tanto el yo del Hombre de carne y hueso como su otro yo de Escritor se quedan fuera del Cuento. Solo el yo del Narrador ficticio está dentro del Cuento, y desde dentro inventa personajes, agentes de una acción narrativa que transcurre en un tiempo y un espacio imaginarios.
Ahora bien, el Narrador también es Lector, puesto que mientras escribe se va leyendo. El Narrador se dirige al Lector que está en su mente. Porque está en su mente lo llamo Lector Ideal.
El Narrador atiende, dentro de sí, a las reacciones del Lector Ideal. Se llevan bien. Colaboran entre sí. Hay, pues, entre el Narrador y el Lector Ideal, una feliz identificación. Ambos, el Narrador y su Lector Ideal, existen dentro del Cuento. El Cuento es un objeto viviente, intencional, autónomo, separado del Hombre que se convirtió en un Escritor real y también del Hombre (o mujer) que, a ciertas horas del día, siente ganas de leer y se convierte en un Lector Real, inconfundible con el Lector Ideal. El Lector Real comprenderá las intenciones objetivadas en el Cuento en la medida en que sea capaz de acercarse al Lector Ideal.
Umberto Eco define al lector ideal como el lector modelo. El Lector Modelo es el que puede interpretar el texto de manera análoga a la del autor que lo generó. Y ese lector modelo tiene que tener unas características concretas para que pueda entender el texto: su patrimonio linguístico, sus referencias culturales, su conocimiento del mundo…
Por ejemplo, es evidente que un libro pensado para el público adulto no puede tener como lector modelo un niño, puesto que no posee esas caracteríticas para las que está pensado el texto. Del mismo modo, un ensayo para profesionales de una determinada materia, pongamos para astrofísicos o matemáticos, no podrá ser interpretado ni entendido por los que no son expertos en ella, ya que no poseen las características del lector modelo, que en este caso serían unos conocimientos previos del tema que desarrolla el libro.
Cuál es la diferencia entre el lector real y el lector ideal
Como hemos dicho, el lector ideal es el público objetivo al que va dirigido un libro mientras que el lector real es la persona que finalmente lo está leyendo. Cuanto más parecido, como dice Anderson Umbert, sea el lector real al lector ideal mejor podrá interpretar y entender el texto.
- LECTOR IDEAL: Es el lector que está en la mente del escritor cuando escribe. Es por ello el lector al que más le gustará la historia y que mejor la entenderá.
- LECTOR REAL: Persona real, con nombre y apellido, que lee finalmente el libro.
Lo habitual es que los lectores reales, personas con nombres y apellidos, se ajusten al lector ideal para el que está escrito un libro, pero como en todo hay excepciones. Por las noches, mi hijo y yo leemos cuentos antes de dormir. Mi hijo se ajusta al lector ideal al que están destinados esos cuentos, yo no, pero los dos somos lectores reales de esos libros.
¿Debo escribir pensando en el lector?
En más de una ocasión algún alumno de mis cursos de escritura me ha preguntado: “Al escribir, ¿debo pensar en el lector? ¿Debemos tener en cuenta que quién lo leerá?
Mi respuesta siempre es la misma. Sí, todo texto narrativo debe estar pensado para ser leído. ¿Para qué si no contar una historia? Podemos escribir reflexiones, hacer terapia mediante la escritura terapéutica o escribir un diario personal para nosotros mismos, si queremos.
Sin embargo, si te has aventurado a la escritura de cuentos y/o novelas es porque quieres contar historias, y eso lleva implícito necesariamente la existencia de un lector, al menos un lector ideal. A mis alumnos les digo: “Me da igual que vuestro lector sea solo uno, un único lector, incluso un lector real, alguien concreto, como un amigo al que queréis contarle vuestra historia. Con eso es suficiente y podemos comenzar a trabajar”. Pero si quieres escribir para ti mismo, sin pensar en que tu historia vaya a ser leída no tiene mucho sentido que realices un curso de escritura. Si quieres escribir para ti mismo, no me necesitas a mí.
Cómo saber cuál es mi público objetivo
En algunos casos el público objetivo (también conocido como buyer persona en el mundo empresarial) estará muy claro. Así ocurre con las novelas e historias de género.
En un libro infantil, por ejemplo, puede acotarse el tipo de lector dependiendo del vocabulario y la longitud del texto. La edad es aquí algo determinante.
En la novela romántica es frecuente considerar el lector ideal como mujeres jóvenes o de mediana edad, aunque la edad y el nivel socio-cultural de dichas lectoras, puede variar dependiendo de si se trata de novela romántica juvenil, una novela rosa o un chick-lit.
Más difícil es definir el público objetivo de la novela realista, pero siempre podemos intentar acotarlo un poco dependiendo de los temas que tratemos, el estilo literario, el protagonista o la voz narrativa empleada.
En cualquier caso, lo importante es que pienses que siempre habrá alguien al otro lado, alguien dispuesto a leer tu historia, a escuchar a tu narrador de principio a fin. Una vez terminado tu proyecto, una buena opción para tantear cuál puede ser tu posible lector ideal, puede ser contar con algún lector cero o un lector beta que te de una opinión sincera sobre tu historia.
Un buen artículo.
Estoy de acuerdo con él.
Hay géneros que cuentan con un público potencial más amplio que otros. Esto, a la hora de publicar, las editoriales lo tienen muy en cuenta.
En este contexto el Corrector de Estilo también debería saber el público objetivo de la obra que está corrigiendo. Mis cuentos y una novela en que estoy trabajando tienen un lector ideal: las mujeres de mediana edad, de esas que antes leían a Corin Tellado.
Sí, esta muy bueno pero muy corto, debemos acercarnos más a nuestro lector ideal inclusive desde el principio, definir de antemano cómo lo vamos a capturar emocionalmente, cuándo lo vamos a asustar, cuándo lo vamos hacer llorar, a sorprenderlo inclusive a engañarlo y jugarle tretas, y si podemos hacer esto de eso se trata escribir algo interesante.