Horacio Quiroga, Borges, Neil Gaiman o Vargas Llosa, son algunos de los escritores que han dejado escritos algunos consejos para escritores, y hemos ido reflejando en el blog. Ahora es el turno del decálogo de Augusto Monterroso.
El escritor de Honduras, célebre por su microrrelato del dinosaurio (Cuando despertó, el dinosaurio todavía seguía allí), está considerado como uno de los maestros de la mini-ficción. Entre las obras de Augusto Monterroso destacan La oveja negra y demás fábulas, Movimiento perpetuo, la novela Lo demás es silencio; Viaje al centro de la fábula; La palabra mágica y La letra e: fragmentos de un diario.
Puedes leer aquí el decálogo de Augusto Monterroso.
Primero.
Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.Segundo.
No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.
Tercero.
En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: “En literatura no hay nada escrito”.
Cuarto.
Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
Quinto.
Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.
Sexto.
Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.
Séptimo.
No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
Octavo.
Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.
Noveno.
Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
Décimo.
Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.
Undécimo.
No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.
Duodécimo.
Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.
Si hasta ahora hemos estado viendo que muchos escritores en sus decálogos para convertirse en escritor, añadían un último consejo, en este caso, Augusto Monterroso nos ofrece la posibilidad de eliminar, de quitar dos de estos consejos y quedarnos con diez.
Así que ahora es tu turno, escoge los consejos de este decálogo de Augusto Monterroso con los que más te identifiques y ponlos en práctica.
Muy acertado e irónico Augusto Monterroso. Yo creo que su mini cuento del dinosaurio está sobre valuado. Resulta que solemos repetir los clichés y adoptarlos como sentencias. Así decimos: “El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, es la obra cumbre de la literatura española”. ¿De veras no se ha escrito nada tan valioso como El quijote?
“Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”. No se quebró para nada la cabeza su autor. Que gane fama por esta frase es un insulto para sus libros.
Respecto a lo del dinosaurio, no creo que se diga que es “el mejor microrrelato del mundo mundial”, pero sí se pone frecuentemente como ejemplo del más breve, de ahí su popularidad. Eso es todo.
En cuanto al Quijote, pues la verdad, probablemente sí sea la mejor obra de la literatura española, para muchos una de las más importantes de la literatura universal. Paul Auster dijo: “Don Quijote es mi héroe favorito de ficción”. Yo creo que si no estuviera escrita en castellano antiguo, sería un best seller. 😉
Sobrevaluar, hace referencia normalmente al precio de algo. Si te refieres más bien al mérito, sería sobrevalorar.