
La Real Academia Española define a los eufemismos como manifestaciones suaves o decorosas de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante. En otras palabras, se utiliza para suavizar una verdad dolorosa o difícil y para evitar herir sensibilidades, pero, en ocasiones, también se emplea con la intención de adornar o, incluso, tapar una realidad.
Ejemplos de eufemismos en los medios de comunicación
Escuchamos eufemismos habitualmente en los medios de comunicación. Para encontrar numerosos ejemplos basta con ver un noticiario.
Podemos encontrar muchos ejemplos en el Manual de estilo de Rtve: impuesto revolucionario (extorsión o chantaje), detención ilegal (secuestro), ejecución (asesinato), confrontación (pelea), interrupción del embarazo (aborto), estado de embriaguez (borracho), quitarse la vida (suicidarse), restos mortales (cadáver), tercera edad (vejez), residuos sólidos urbanos (basura), centro penitenciario (cárcel), interno (preso), etc.
Las actividades bélicas y delictiva está rodeada a menudo de eufemismos. Por ejemplo, cuando se sustituye actividad armada por guerra, o impuesto revolucionario por extorsión.
Eufemismos en el lenguaje político
Los eufemismos también son muy utilizados en el lenguaje político, especialmente en lo que respecta a las cuestiones económicas. Como cuando nuestros representantes dicen que la evolución de nuestra economía sufre un aumento negativo para evitar decir que tiene pérdidas o llaman flexibilidad laboral al abaratamiento del despido.
Tantas veces hemos oído decir ayuda en lugar de rescate o desaceleración económica en lugar de crisis, que casi nos hemos acostumbrado a estas expresiones. Esta palabra, crisis, ha sido un gran detonante para la creación de eufemismos. El mejor, en mi opinión, crecimiento negativo. Un eufemismo al que se le suma una antítesis.
Otros de los eufemismos curiosos del lenguaje político son los referidos a los impuestos. Ahora se les llama elementos de tributación indirecta. Lo de llamar al finiquito indemnización en diferido en forma de simulación, lo dejamos para otro día porque me llevará unos meses estudiar los recursos literarios de la frase.
Eufemismos más habituales
Pero no son estos, los únicos eufemismos que conocemos. Utilizamos eufemismos a menudo cuando no nos atrevemos a decir algo: cuando le decimos a alguien que es de constitución ancha en lugar de decir que está gordo, llamamos hombres de color a los negros o decimos que dos personas hacen el amor cuando en realidad lo que evitamos decir es que tienen relaciones sexuales.
Son también eufemismos decir que una prueba dio falsos positivos (diagnósticos equivocados), tener un hijo ilegítimo o fuera del matrimonio (hijo bastardo), ingresar en un centro penitenciario (cárcel o prisión), acudir a una casa de citas (prostíbulo) o apropiarse de una cantidad de dinero (robar).
Otros ejemplos de eufemismo
Hay eufemismos más coloquiales. Uno de mis preferidos es “ser amigo de lo ajeno”, en lugar llamar a alguien ladrón. Otro de los más extendidos es “violencia doméstica”. Hay actos violentos y actos que son asesinatos.
Bibliografía:
- Rodríguez Estrada, Mauro. Diccionario de eufemismos. Editorial Pax Méjico.
- Manual de estilo de Rtve. www.manualdeestilo.rtve.es
- Diccionario de eufemismos. Lechado García, Jose Manuel.

Muy buena explicación, gracias