
Cuando escribimos una novela, a menudo, puede sernos útil buscar referencias. Leer otras novelas similares a la nuestra, al menos en algún aspecto importante. Ya sean novelas de mismo género o con algún rasgo en común como el narrador o la voz narrativa, el punto de vista, el tema que tratamos o también la línea argumental, el argumento de una novela. En todo trabajo artístico, (pintura, escultura, arquitectura) no solo en la literatura, es bueno buscar y encontrar, esas referencias. Analizarlas a fondo otras novelas, leerlas como escritores, nos ayudará sobre todo a la hora de revisar y estructurar la nuestra.
En otra entrada del blog titulada Características de la novela contemporánea según Ernesto Sábato, vimos algunos de los temas presentes en las novelas del siglo XX, que también pueden servirnos de ayuda en el análisis de las novelas. Si Sábato, en El escritor y sus fantasmas analizaba los temas recurrentes, Carmen Font en Cómo escribir sobre una lectura (un libro muy recomendable si escribís reseñas de libros) nos habla de arquetipos argumentales, algo así como modelos en los que podemos situar las novelas de ficción en función de su argumento.
Como la autora misma dice, se ha debatido mucho sobre el número de arquetipos argumentales. Los que os propone Carmen Font quizá sean algo escasos, pero son un punto de partida para entender y encontrar formas de analizar otras novelas, que nos sirvan como referencia en el proceso de análisis y escritura de la nuestra.
Los 5 arquetipos argumentales de una novela
El argumento de una novela para Carmen Font puede englobarse dentro de uno de estos cinco modelos: traición y venganza (como por ejemplo Madam Bovary), la rebelión (Macbeth de Shakespeare), la búsqueda y el viaje (El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien), el drama ( sería el caso de La lista de Schindler, de Thomas Kennealy) y el yo reflexivo (Esperando a Godot, de Samuel Beckett, o En busca del tiempo perdido de Proust).
Un arquetipo argumental es un modelo, un molde, de argumento que aplicamos a una novela. No debemos confundirlo con el género (el formato estilístico de la obra), porque un arquetipo argumental contiene tipos de personajes, situaciones, estructuras e incluso temas que pueden repetirse en varias novelas distintas firmadas por autores muy dispares entre sí.
Aunque no es imprescindible, como lector, conocer la dinámica y construcción de estos arquetipos argumentales, sí es importante reconocerlos para formarse una opinión sobre la originalidad del argumento de una obra. Una obra no es más o menos «buena» por contener un arquetipo argumental, pero es un elemento que puede añadirle o restarle originalidad.
No existe un número establecido de arquetipos argumentales, algunos autores consideran que existen cinco, y otros veinte. Además, un mismo arquetipo puede presentar diversas variantes y matices. Los arquetipos más conocidos son los siguientes:
a) Traición y venganza.
Por ejemplo, Moby Dick de Herman Melville o Los miserables, de Víctor Hugo. En ocasiones, el protagonista es el artífice de la «traición», como Emma en Madame Bovary. En este arquetipo, el protagonista sufre una injusticia que lo impulsa a querer venganza. Aunque el lector reconoce que ese personaje es vengativo, suele solidarizarse con él, especialmente cuando este se enfrenta a múltiples obstáculos que lo alejan del objetivo. El punto álgido de la obra es el momento de la consumación de la venganza, y en ocasiones se cuestiona la validez de la misma. Aun así, obtiene lo que se juró a sí mismo conseguir.
b) La rebelión.
En este arquetipo, el protagonista se rebela por razones personales, sociales o políticas. Tras el desencadenante de una injusticia, el protagonista o la comunidad a la que pertenece son oprimidos. El nudo y punto álgido de la trama llega cuando el protagonista decide rebelarse, y el triunfo sobre el opresor constituye el desenlace de la obra, aunque este puede acabar teniendo consecuencias nefastas para ambos. Un ejemplo característico es Macbeth, de William Shakespeare.
c) La búsqueda y el viaje.
Estos relatos implican un viaje de vuelta a casa o a los orígenes del protagonista en el sentido literal o metafórico del término. Aun así, siempre se produce un paralelismo entre el proceso de cambio interno y el viaje físico. Además, los personajes protagonistas tienen un sentido muy agudizado del destino, saben que su viaje es casi una misión. Y el relato entrelaza la historia con elementos sobrenaturales o metafísicos. Por ejemplo La Odisea, de Homero, o El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien.

d) El drama.
En este arquetipo se desarrolla una historia angustiosa, personal o social, que acaba irremediablemente mal. Aunque muchas historias contengan elementos dramáticos, el arquetipo de drama auténtico implica —en una gama de distintos matices— el servicio a una causa, un ideal o una autoridad por el cual el protagonista o protagonistas se sacrifican. Estos personajes se enfrentan a dilemas morales y saben, o aprenden a lo largo del relato, que su sacrificio será recompensado. Las versiones más modernas de este arquetipo combinan el drama puro con elementos existencialistas que apuntan a la desintegración del individuo o la sociedad. Por ejemplo La lista de Schindler, de Thomas Kennealy, o pueden contener tintes épicos, como Antígona, de Sófocles.
e) El «yo» reflexivo.
Desde finales del siglo XIX y a principios del XX, la tradición literaria occidental ha incorporado con fuerza un nuevo arquetipo que tiene sus orígenes en la reivindicación de la expresión artística individual romántica y desemboca en el modernismo y posmodernismo del siglo XX: es el «yo reflexivo». Este puede tratarse de un mero observador pasivo de la realidad u ofrecer una mirada deshumanizadora de la misma. Este arquetipo acaba en «punto muerto». Es decir, las fronteras entre inicio, nudo y desenlace son sumamente borrosas porque se pretende ofrecer una visión reflexiva, absurda, o crítica de la existencia. Ejemplos de ello serían Esperando a Godot, de Samuel Beckett; Ivanov, de Antón Chekhov, o En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust.
Si te interesó esta entrada, quizá pueda interesarte otra referida al tema del novela: el centro de la novela según Orhan Pamkuk, y Las 7+2 tramas básicas de la novela según Christopher Booker.
Muy bien fundamentado
Me ayudo para mi tarea, gracias.
Hola, cuál es tu apellido ¿Méndez?
Hola me ha encantado. Dónde puedo ahondar sobre el arquetipo de trama/argumento DRAMA? He querído buscar más información en google pero no logro dar con algún autor que toque este tema de forma abarcativa ya que estoy escribiendo (de hobby) una novela y quisiera saber más de la trama que, sin saber, he escogido desde la premisa.
Hola, Francisco.
La trama, en la novela, lo es todo, como quién dice. A veces es difícil encontrar un libro que lo abarque todo.